Mujeres Provincia de Buenos Aires, conjuntamente con el Foro de Mujeres de Iberoamerica, Foro Mujeres UnaSur, Asociación Civil CodoACodo, han participado en el Proyecto de Ley de Paridad

jueves, 21 de marzo de 2013

Un Poema de Pascual Fernández Uriburu – La Pampa Marzo / 2013



Otoño Dictatorial

by Pascual Fernandez                 
       Con la misma inquietud con que llega el otoño y sus ansias de acortar los días, secar las hojas, quitar el florecer de los árboles… Llegaron los dictadores para intentar aplastar la participación popular, el renacer de la juventud, el fruto de la resistencia,  los aromas románticos de revolución.

      El otoño requiere del viento para terminar con su cometido de asolar las hojas, los militares necesitaron de la tortura, el asesinato, la desaparición o el exilio como método y deseo de extermino ideológico. Así como la temporada otoñal es propicia para cultivar  legumbres, los golpistas  sembraron el terror, la violencia, la represión y el abuso de poder como surco en estas tierras.

    Como cree el viento, que con su marcha puede arrasar con cada una de las hojas que encuentra en su camino, creyeron los golpistas que podían avasallar los derechos, sueños, ideales de los que creen que es posible una sociedad mejor. Las atribuciones de facto se esparcían en el terreno como reguero de pólvora para la opresión reinante.

     Los días más cortos, menos luz, más vientos y fríos en aumento, les servía a los infames, de complicidad para desarrollar las tareas contra los que pensaran distintos. La soledad del paisaje se conjugaba con las oscuras tareas encomendadas. Estas coincidencias hacían aun más grandes, las temidas sombras de las noches. El recelo se hacia profundo en el crepúsculo. La represión asediaba en su terreno mas propicio.
  
    De la misma manera que los árboles quedan en la estación en que hicieron su arribo los genocidas, Quedaban los secuestrados, los rehenes, los violentados.          
  Desnudos como cuando caen las hojas. Invadidos como penetra el aire los arbustos. Pero no vencidos… de pie como resisten las plantaciones, erguidos como se sostienen sus ideales.

   Las raíces firmes para soportar las inclemencias del tiempo, las convicciones sólidas para sostenerlas en distintas situaciones, fueron la esperanza del florecimiento. Los matices púrpuras entre marrones y amarrillos hicieron llevadero el paisaje nostálgico. Los sentimientos de los que ya no están y viven en los que siguen luchando, ellos hicieron posible que llegara la primavera.


         Pascual Fernández
       Uriburu – La Pampa
            Marzo / 2013

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